José Hernandez Paterna, profesor colaborador de la Universidad Politécnica de Catalunya, nos da su opinión sobre la formación en las empresas en épocas de crisis económica.
Esta crisis económica ha sido provocada, principalmente, por el consumismo desorbitado al que nos han abocado, y a un culto a la riqueza que ha desbancado todos los valores en los que hemos creído, tales como la honestidad y el respeto.
La crisis económica, financiera, moral y de valores afecta a todos, empresas y trabajadores. Por un lado, tenemos a los ciudadanos que ven como sus puestos de trabajo van desapareciendo, y las posibilidades de conseguir otro se van desvaneciendo, no quedándoles más remedio que pasar a engrosar las listas del paro.
Por otro lado, tenemos a las empresas que observan impotentes como disminuyen las posibilidades de mantener los puestos de trabajo. Los productos que elaboran no tienen salida, los pedidos se reducen a niveles que no llegan a cubrir el nivel de subsistencia de la empresa.
Sin embargo, no podemos adoptar una postura pasiva y esperar a que la solución nos venga de fuera. Se puede intentar sacar provecho de esta situación, que al parecer su final no parece cercano.
Según un informe publicado por el BBVA del 10/11/2011, el volumen de las exportaciones en este período de crisis han superado al de las épocas de bonanza económica.
Las empresas que en su momento fomentaron políticas de mejora, tanto en lo referente a la producción, expansión de mercado como a sus recursos humanos (cuando sus beneficios permitieron hacerlo) son las que, en estos momentos, siguen manteniendo su nivel de producción.
Ante estas expectativas, ¿qué pueden hacer las empresas? Moverse, buscar mercados, alternativas de crecimiento, arriesgar y no esperar que la empresa se hunda. Los trabajadores deben reciclarse, aprovechar todas las oportunidades para mejorar sus conocimientos y adquirir un nivel de profesionalidad que se debe mantener y mejorar de forma permanente. Solo así adquirirá un valor importante para la empresa, que les harán imprescindibles.
Los empresarios han de mejorar las condiciones de trabajo y los medios de producción para poder ofrecer un producto de calidad. Esto será inviable sin un equipo humano preparado, formado por profesionales que sepan responder a las expectativas de mercado. Sólo con unos trabajadores cualificados se tendrán grandes posibilidades, no únicamente para salir de la crisis, sino también para crear empresas y formar parte del primer grupo.
Se ha de aprovechar este momento de crisis para reciclarse, tanto el conjunto de trabajadores, como la propia empresa. Han de adaptar los equipos del proceso productivo a las nuevas exigencias de producción, mejorar profesionalmente al equipo humano y prepararlos ante las nuevas exigencias del mercado.
Todo ello requiere, en ocasiones, el asesoramiento de expertos que ayudarán a encauzar los objetivos marcados por la dirección de la empresa. Pero sin duda, el aporte más importante lo proporcionará la preparación que adquieran los empleados.
La UPC, a través del “Centre Específic de Recerca per a la Millora i Innovació de les Empreses” (CERpIE), contribuye a la preparación de los profesionales de las empresas, en temas, tanto de calidad, como de prevención de riesgos laborales.
Uno de los instrumentos que se ha convertido hoy día en imprescindible como instrumento de gestión es el proceso de auditoría interna, para garantizar, no sólo la transparencia de los diferentes sistemas de gestión, sino también para corregir las desviaciones que se produzcan en la planificación de la empresa y mejorar su sistema productivo.
Auditar un sistema de gestión debe ser una actividad empresarial normal y cotidiana. Para un empresario, la implantación de un sistema de gestión no se concibe si no hay un medio para comprobar el funcionamiento y operatividad del mismo.
La auditoría de prevención de riesgos laborales debe ser una necesidad de gestión, máxime cuando está demostrado que la implantación de una norma de calidad o cualquier otra norma lleva incorporada también la gestión de temas relacionados con la actividad preventiva. Este dato debiera ser suficiente para entender la importancia que para la producción y calidad tiene la implantación de unas buenas condiciones de trabajo.
La formación de auditores de prevención está dirigida a técnicos en prevención de riesgos laborales de nivel superior que deseen adquirir conocimientos en técnicas auditoras, para ejercer como auditores externos y para aquellos otros profesionales que, sin tener las titulaciones exigidas en prevención de riesgos laborales, quieran adquirir conocimientos en técnicas en la empresa donde desarrollan su actividad laboral y contribuir con ello a la mejora de las condiciones de trabajo.
Fuente de Datos: ERGAN Noticias